Aquella extraña y siniestra mujer le suceden cosas, no a mi.
Dentro de ecuánime casa se prolonga la tiniebla
camina por las sombrías habitaciones.
Tanta blancura en sus paredes
mientras los techos con su vanidosa humedad no mienten.
De este lado...
Siento como tu canto brama y duele
Tu dolor, mujer, paradójicamente me conmueve.
Tu alma está a la intemperie
y la crueldad reflejada en tus manos
es solo a ti a quien hiere.
Reflejo...
Tóma del ojo del espejo lo que quieras
es este reflejo que deseo te llegue.
Que te olvides de la ausencia, tomes luz
mientras tus manos se mojan con la lluvia
y los crístales de tus pupilas se purifican para siempre....
Texto agregado el 12-01-2007, y leído por 284
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