Los versos se transmutan en el tiempo,
Y cada sentimiento se transforma cuando lo transcribo
Se vuelve real, posible y exacto…
No una alucinación de mi corazón….
Ni una pesadilla de mi interior.
Es una cosa tangible,
No algo que se quede morando en el viento…
El papel adquiere un significado secreto,
Mi coraza se rompe por momentos…
La indolencia desaparece por completo,
Esa que me han acusado tener,
Y solo es la armadura,
Que protege mi fe.
Pero a mi pluma escarlata;
Nadie la engaña,
Ni la daña,
No la intimidan las palabras,
No la detiene nada…
Las reservas no existen para ella,
La timidez no la embauca,
Solo la honestidad,
Gobierna lo que se transmite por ella.
Y la soledad solo la hace sonreír,
Porque no consigue embargarla
Y ella desesperada intenta atraparla…
La pluma escarlata ríe sin reservas,
Y llora como una niña pequeña.
No tiene el miedo a sentir,
Ni el pánico a la vulnerabilidad.
Ni si quiera teme por su propia “integridad”.
El papel con las manchas,
Difuminadas en él,
Ya se siente feliz…
El vació se desvaneció,
Ahora tiene algún valor.
Y así mi alma se transforma en palabras,
Y la pluma escarlata las pasas al papel,
El papel se transforma en algo importante,
Y la tinta, que fue ignorada en esta fiesta,
Se siente feliz de haber sido mencionada,
Después vendrá el turno de de ella,
Cuando el ritual vuelva a empezar como la vez primera.
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