Aparece la satisfacción como un anhelo de aire que se amarra en el rostro y encorva los labios. Ahora aprendo a caminar hacia el frente, a querer luchar por llegar a una meta de la cual no veo ni su sombra. Llegaré.

Y a veces el cantar se hace más silencioso cuando falta la melodía que queda en el vano pensamiento del recuerdo.

Quizá se haga realidad dentro de poco... quizá sea posible oír mi eco por primera vez caer por el aire lentamente como si de una pluma desde el cielo caída se tratase... rozando las mejillas como un escalofrío lento y dulce.

Tumbada, esperando una respuesta... Aguardando la palabra que me llevará a esa entrega en lo más alto, donde sólo yo seré protagonista...

Es un caos tan grande que su paso es lento, pesado, casi imperceptible...
pero su efecto es total... destructor...
difícil darse cuenta de el, demasiado tonelaje para unas mentes tan poco desarrolladas...
lo primero que deseas hacer cuando lo ves
es llorar
llorar de impotencia
la impotencia que te produce ver algo de tales dimensiones
arrasando todo lo que esta a tu alrededor, observando que no eres el único al que le afecta...

por mucho que hables no valoraran tus palabras,
no las valoran mas allá de las de un profeta loco vaticinando el final del mundo...
y lloras aun mas...
porque la impotencia aumenta x segundos...
y descubres que la impotencia es parte de ese caos...
tus ojos son el nacimiento de una cascada sin fin...
x saber que no saldrás de ahí...

tu única salvación es encontrar a otra persona,
alguien con quien poder montar un refugio donde residir...
mientras sigues fijándote en los que te rodean, para ver si reconoces sus caras
o están borradas como las de todas esas personas que aun no han visto ese lento, pesado y destructivo caos...