Una palabras más, una palabra menos, en ocasiones puede hacer la diferencia construir o destruir un minuto, una hora, una sola palabra para empezar o para terminar si o no, quiero o no quiero. Dudas y temores atascados en los labios que se cierran por temor a perder, siempre se piensa que se va a perder, y si se gana, si ganas un amor o un amigo, un buen trabajo un examen un negocio o la satisfacción de haberle dado vida a un pensamiento, a un sentimiento.
Cuanto me han costado esas palabras silenciadas atrozmente, cuantas lagrimas y cuantas despedidas, cuantos sueños rotos y deseos incumplidos cuantos dolores y tristezas, miedos angustias y temores encapsulados en mis labios pudieron ser liberados por una palabra, necesito, extraño, amo quiero, deseo, siento, quédate.
A veces me retumban en la mente las preguntas que no me atreví a hacer, los temores por los que me deje vencer que llegaron con silencios vergonzosos hasta la eternidad con desatinos que causaron tanto daño.
¿En donde han estado palabras? no han llegado cuando yo he querido pero si cuando lo estimaron conveniente y se enredan en un lápiz cobrando vida en el papel haciéndose murmullo en mis labios escondidas en mi mirar tácitamente.
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