La cruel sal me esta corroyendo;
Haciendo que de a poco me sume a los engendros.

La miel que guardo, esta miel se esta venciendo
Goteando insolente amargo en nuestros sueños
Valiente se levanta buscando ayuda,
Pero sólo se halla arrastrando su mano hacia lo horrendo
Sosteniendo aquel silencio
que por cierto no se esta rindiendo.

Ese, descansa bestialmente
se encarna en lo profundo de lo necio
Escarbando junto a ello
el baúl donde se guardan tristes y perversos
que van de la mano con las heridas
creídas ya olvidadas.

Entonces, continúo disolviendo mis memorias
Aquí, en mis ramas que flores ya no posee
A ellas secas se las llevo el viento;
En busca nuevamente por un soplo de inocencia,
Que se introduzca suave y tiernamente
Saturando de espesa, azucarada, dulce esencia
Que le mienta en sus propias vacías y sedientas venas