**se ruega disculpar la falta de ortografia y de signos varios..todo debido a escribir en un notebook**


Egeo y yo eramos los amantes perfectos. No por pasion, no por deseo. Nos amabamos con un amor que ya no se veia a menudo. El, esposo de mi corazon, yo, juguete del destino incierto. Nos conocimos desde jóvenes y crecimos, aunque de modos muy diferentes. Yo, enterrada en la melancolia, mientras que Egeo desbordaba de energia; para el, las ciencias, mas para mi alma, las letras.
Que mas podre decir de el? Si Adonis supo brindarle el don de la belleza, y asi entregarnos la luz del sol, que como dicen los griegos, solo en aquellos dias este dios regresaba a los brazos de Afrodita, el amor de su vida.
Solo me alcanzan las palabras para decir que fue una historia de amor, de principio a fin.

Siempre fuimos asi, tan distantes pero tan cercanos a la vez. Con tan solo pensar en su nombre, mi mente invoca a la mas vivida imagen de nuestra relacion, cuando la felicidad y la alegria todavía eran un regalo del olimpo. Mas quien se burla del amor, tienta a su propia suerte. He escuchado en mas de alguna ocasión, que Cupido da muerte con flechas, mas a mi, me capturo con redes.
Es verdad queridos lectores, Ashtophet, la diosa egipcia que se encarga de destruir matrimonios, sin duda preisidio el mio.
Tarde fue, muy tarde ya, cuando la inocente naturaleza de mi alma se dio cuenta, que el amor se habia suicidado con los poetas, y el odio, convertido en un don. Y aun me encuentro reparando, y juntando las piesas esparcidas por el suelo, de mi pobre corazon.
Pobre de nosotros los amantes inciertos! Que hemos hecho mal? quizas amar en demasia?