Me esperabas atento, de manos grandes, abiertas
Acomodando el blanco mantel para celebrar vida
Tu alma tierna esparcida sobre todo lo que es visible,
Esperando la mía que llegaba presta a disfrutarnos.

Nuestros brazos entrelazados, sin dolores del pasado
Se apretaron en abrazos desde las entrañas sentidos
Y el mantel pareció manto de luz en la mesa tendida
Los corazones, cántaros de miel desbordando caricias.

Nuestros cuerpos acomodaban frases, como cantando
En las sábanas, esa luz nos envolvió y la descubrimos
Y ahogando gemidos del placer que estalló entrambos
Nos mirarnos ciertos, era el alma saliendo de nosotros
La que cantaba silenciosa, iluminando los gemidos.

Y celebramos amor, enmudecidos, exhaustos Celebramos los días…..