Mil días acusando la envoltura oscura de tus deseos, has vigilado el margen del cuaderno para no salirte, has pintado la sonrisa de unos labios frágiles, eternos, pero agrietados y deshidratados, como tus sueños. Te olvidaste de enamorarte de nuevo, empeñado en darle forma a la tristeza. Y le hablas a quién? Y le escribes a quién?
Tratas de vaciar tu memoria recordando sólo un poco, racionándote los impulsos y no satisfecho le aplicas una dosis mínima de orgullo a tu vida plenamente evitada, vas descolgándote de detalles, de estrellas, probándote sonrisas etéreas, desorbitando tus ojos ante esa imagen que se desvanece, invariablemente feliz, y siempre tú, sin dejar de ser tú; encogiendo los puños mientras desesperas. Vacío, aunque anímicamente reformado, reciclado de pasiones antiguas, insumiso de esta muerte oculta que te hierve y te hace vomitar lágrimas viscerales, sombrías, mudas.
No encuentras victorias que te sacien, estas derrochando intenciones reprimidas, coleccionando derrotas, buscas en los perfiles de cualquier cosa la nota esquiva de un bolero que canta desengaños, una inspiración que despierte la hipnosis en la que te encuentras sumergido, sometido.
Ella... es ella, perspicaz, femenina, esquiva, arte que te deslumbra, locura, silencio, perdón, soberbia dulzura, promesa, aventura, firmeza, tenacidad; y sin embargo si ella hubiera poseído el don de leer en lunas de plata como creíste, no las habría olvidado, si ella entendiera de brazos rotos, no te los hubiera dejado lánguidos, marchitos, necesitados de abrazos. Ella te duele.
Nosotros.. verso que no se ha inventado, duendes de espejos gemelos, idealistas sublimes, corazones depresivos, torres de babel tocando un cielo enajenado, universo apostado a la carta que nunca gana, necesitados siempre de desvaríos, exageradamente platónicos, altivos y distantes a veces.., pies que fluctúan por las antiguas mitologías de dioses y ninfas, tan correctos por fuera, tan desaliñados por dentro, la entrega máxima a un amor-duda, la sugestiva pasión dedicada siempre a lo imposible....
Quédate conmigo, sólo navegando palabras sin forma, a veces desesperadas, a veces rotas. Olvidando el sentido de las cosas, las obviedades, las razones. Quédate mirando a unos ojos que destellan, o a una mañana de sol radiante que trata de vendernos futuras quimeras...
Si yo no supiera a que sabe todo lo intangible, no me atrevería a levantarte así la camisa y pellizcarte el corazón, ni por supuesto querido amigo a retarte en letras.
|