Detrás de la mirada melancólica,
Detrás de esas palabras que debí olvidar en algún lugar,
Estaba yo.
Una persona que buscó el sol entre las bolsas de basura, sin encontrar nada de nada, quedándome pensativo observando mi sombra.
Quien si no, ella no me había fallado nunca, hasta mi propia razón lo hizo cuando más la necesité.
La servidumbre me arruinó y la desdicha llegó en forma de cadenas que impedían mi paso a través de la vida.
Mil veces me pregunté, él porqué de mi tristeza.
Estabas tu, estaban mis ansias por crear, pero que importaba si en mi vida era tan fugaz como la de un mosquito.
Se acabó el mundo para mí. Tan fácil como decir esta frase.
La vida es como una línea y el principio esta olvidado.
La experiencia sirve simplemente para recordar mejores momentos y el presente jamás existió.
Me siento en el sofá y respiro.
Me rasco la cabeza y miro,
¿Realmente quiero estar aquí?
¿Para qué?
Para darme cuenta que el mundo es cruel y he tirado mi vida al retrete.
Para que sirve tener potencial si no lo sé aprovechar.
Que iluso puedo ser, por pensar eso, pero y si realmente lo tengo de que me sirve, aquí sentado ahogando mis penas en un cuaderno y con una botella de bourbon.