las estaciones son grandes bestias
las peores
deambulan y desde lejos se sienten sus roncos pasos
afirmando su llegada apresurada a iniciar su temporada
engullendo todo
sin perdón, sin excepciones
imponiendo sus colores sus sonidos
sus males y sus no males
algunos los reciben inclinados, otros jubilosos
otros a enfrentarlos osan y desgarrados bajo ellos
acaban, nadie sobra.
Existe un hombre que a los lejos
sentado en su pórtico y fumando un cigarrillo,
aguarda impaciente por el quinto,
aquel del que su sordo DIoS con la mano en la boca le hablo
del quinto, el perpetuo.
Texto agregado el 09-01-2007, y leído por 254
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