Cobijado bajo un lanto eterno,
las lágrimas inundan la esperanza.
Hace tiempo que el corazón no late,
la sangre ya no fluye, sólo se derrama
y con ella se desvanece todo hálito de vida.

Cruel alimento del alma es aquel que la atormenta,
apenas hay esperanza para la salvación.
Lejos quedan los felices momentos,
los bellos recuerdos sólo son eso, recuerdos.
Las grietas se abren camino en tu interior y no sabes como pararlo.

La oscuridad de la noche oculta tu sufrimiento,
el velo de la soledad te hace invisible a los demás
y la vida coninua muy a tu pesar, solícita y regular,
como la fina lluvia de una triste tarde de invierno.

El espejo te devuelve una imagen que ya no reconoces,
y sabes que no miente, ya no eres la más bella,
la belleza también te ha sido arrebatada.
Efímeras han sido siempre tus preocupaciones,
y es ahora cuando ves la vacuidad de tus sentimientos.

De nada sirve volver la vista atrás,
el sendero ha quedado borrado,
ha crecido la hierba sobre él,
y lo que ahora se asoma es oscuro y caótico.

Un paso más y ya puedes sentir su caricia,
invisible, insaciable.
La temes pero nada puedes contra ella.
Un nuevo camino se abre ante tí,
tuya es la elección.
Aunque todo ha sido dispuesto para que escojas
el camino correcto.