Ruido llegaba de la calle, gritos y llantos subiendo como enredadera. Tristeza escalando mi casa, y tristezas de dentro hacia fuera. Corrí a la azotea, a desplegar mis alas, pero se habían quedado abajo, llorando por mi tristeza.
Texto agregado el 07-01-2007, y leído por 112 visitantes. (5 votos)