De nuevo ese fantasma acechando, no por mí, pero sí por alguien a quien quiero.
Una llamada no contestada, un mensaje que tampoco se respondió... ¿y qué será de ella?
Hoy me llamó un amigo en común para decirme que ella había ingresado por alteraciones alimentarias. Ella quería que lo supiera, pero no se atrevió a escuchar mi voz.
Tal vez por sentirse avergonzada, por no atreverse a decirme que de nuevo se veía fea, se veía con ese espejo falso que lo distorsiona todo.
Sabe que le diría...
¿Cómo puedes decir eso? fíjate, eres hermosa, ¿no lo ves?...
Si me conquistó su sonrisa en cuanto la conocí, si cada vez que pienso en ella me viene una risa interna como de luciérnagas... Porque da tanto calor cada vez que abraza, que me abraza. Que me despide en cada andén de tren que la lleva a su casa.
Hoy no me lees, mi niña... pero me sospechas, ¿verdad? Qué tienes que ser fuerte, que tengo que ser fuerte, que te quedan muchas cosas que contar, muchos besos que dar, y muchos horarios de trenes.
Venga vive, lucha, ríe... esa sonrisa de princesa medieval... esa sonrisa.
De Chus Para Lore
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