Hacia tiempo que no me ponía delante del ordenador a escribir algo, expresar todo lo que tenía dentro y me costaba anunciarlo al mundo a través de mis palabras.
Hoy por fin me he decidido y quien mejor que tu para recibir mi pensamiento.
Hacia tiempo que me rondabas por la cabeza, pero has vuelto, sobre todo en estas fechas, te sigo echando de menos aunque ya hace tiempo que no estás, creo que allá donde estés, aunque no sea creyente, tu sola presencia lo hace real, eras y eres la persona más importante que cruzo en mi camino y eso te hace inmortal en mi pensamiento. Dicen que es malo recordar a una persona que ya no está, pues le haces que no pueda marcharse y descansar, pero según mi teoría, tú eres la creadora de ese mundo por lo que descansas y ves más allá de lo que yo puedo.
Que contarte de mí que ya no sepas, mi vida ha cambiado con el tiempo, me he hecho un poco más adulto, pero sigo siendo ese niño retraído que querías tanto, me siento muchas veces como un charco de agua que refleja a todas las personas que pasan delante de mi, inexistente para las que no reparan en mi presencia y chapotean sobre el agua.
Pero me quedo con todas y cada una de ellas, y en esos reflejos tu presencia siempre está.
Hoy mientras abría los regalos de reyes, una imagen se cruzó en mi mente, cuando me levantaba e iba a tu casa y tú me metías ese dinero que jamás te sobró en el bolsillo y me decías que no se lo dijera a nadie.
No sabes lo importante que era eso para mi, no por el dinero, sino por tener ese secreto que sabía todo el mundo, pero que a mi me hacia sentirme especial.
Tengo que decirte que tu hija, mi madre sigue sufriendo pero aunque lejanamente la quiero tanto o más que antes, cuando tú estabas. Le dejaste un vacío tan profundo como a mí, pero ella es la mujer más fuerte del mundo y vernos le llena algo, lo suficiente para seguir.
Como me gustaría cambiar muchas cosas, pero el tiempo es así, pendenciero y cruel para los que no somos lo suficiente fuerte.
Noto que mi vida esta marcada y necesito ayuda para superar mis miedos, como lo hacías tu, mi vida.
Espero no tardar en escribirte de nuevo, espero que de vez en cuando te des una vuelta y me veas, y aunque no lo note, apoyes tu mano sobre mi hombro.
Tu nieto que tanto que quiso y quiere.
Diego.
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