Mi hermana me dejó a las siete de la mañana frente a la institución , yo me bajé con mi maleta preparada para pasar una semana allí. Mientras ella daba la vuelta en el auto yo la despedía con la mano, al voltear me encontré con aquella enorme edificación, respiré profundo y caminé hasta entrar en ella.
Llegue al piso seis donde me estaban esperando, allí conversé con una chica muy amable quien me bajó a la planta baja, yo seguía caminando con mi maleta de ruedas por todos quellos pasillos inmesos y frios sin saber nada aún que sería de mi. Entré con la joven mujer a una pequeña habitación donde me hizo un sin fin de preguntas, luego de responderlas me pasaron a otra área y me hicieron unos exámenes.
A la una de la tarde llegó una orden para mi ingreso y un caballero vestido de blanco me acompañó al piso quince. al llegar tocó un timbre varias veces hasta que una mujer gorda de mediana edad abrió la puerta , el hombre le dio el papel , ella lo leyó y le dijo "tráela", al entrar por la puerta ví un pasillo muy largo que terminaba al fondo cerrado por unas rejas.
Pasamos por dos habitaciones y luego regresamos a la primera, la señora dijo "Vamos a dejarla aquí". Súbitamente me atacaron dos mujeres vestidas de blanco, que entraron desnudaron, me quitaron el jean , me hicieron ponerme un mono deportivo al que le habían quitado el cordón, me quitaron mi brassier dejándome con una polera, abrieron mi maleta, de allí sacaron los deportivos, todo lo que tenía cuerda se la quitaron , a los sostenes les iban a quitar las ballenas pero yo les dije:"No!! Mejor llévenselos", así que se tomaron todo lo que no le pudieron sacar las cosas penetrantes, cordones, afeitadoras, corta uñas, entre otras cosas más.
Después de ese ataque tan feroz, las mujeres se fueron con todas mis pertenencias en la maleta y me dejaron lo que no tenía cordón y unas sandalias , vi la cama que tenía en frente donde me tocaba dormir y me senté a llorar.
No me permitieron quedarme con mi almohada, no sabía para dponde ver ni que esperar , me agarré la cabeza mientras lloraba y dos señoras vestidas normalmente que estaban en la misma habitación fueron en mi auxilio, comentaron que era así con todas el primer día. Luego me calmé y salí al pasillo, oí unos gritos de una mujer que provenían de otra habitación y ya me di cuenta que estaba en un manicomio, sin luz alguna para volver de nuevo a casa. |