Estaba tendida sobre la cama, medio dormida, medio olvidando... Sin saber mucho en que pensar, estando demasiado consciente de sus pensamientos. El candelabro con la vela encendida sobre el velador iluminaba el cuarto oscurecido por las cortinas de color azul marino para no dejar penetrar ni un solo rayo de luz; el reloj en su infinito tictac que alargaba cada segundo de conciencia inconsciente de tanto malestar, de pesadez... No queria seguir sientiendo los ojos pesados ni los párpados lánguidos, sólo sonreír por autoconvencimiento de que haría bien y, porqué tanto pensar en lo que no fue? Era necesario? Cerró los ojos por un instante para traer a su mente aquellos recuerdos de amor fingido que sólo provocaron sensaciones de bienestar mientras durase la exitación. Humedeció sus labios rosados con la lengua húmeda para no sentir sed de deseo; pestañeó un poco para no perder la conciencia de que sólo eran imágenes de un pasado jamás existente... Sintió sus manos sobre la espalda, sus uñas sobre la piel rasgando el placer, sintió sus abrazos ansiosos de desnudez y sintió sus labios sobre su boca humedeciendo cada centímetro de piel; sentía cada caricia nuevamente, sentía el mismo deseo; dormida entre sueños no podía controlar el deseo de volver a hacer el amor sobre los pétalos de aquella rosa marchita... El fuego en el vientre dominaba su descanso, de pronto sus manos confirmaban la humedad de su sexo hambriento de amor...
Volverías por mí? Sólo quiero compartir mi deseo contigo, saciarme de tu sexo para luego olvidar que existes, para no discar tu número hasta la siguiente vez que sienta ganas de sentirte en mi...
Ven y quedate esta noche, comparte mi cama, enredate en mis sábanas y no pienses en lo que mañana habrá, sólo ven y dame lo que te pido, sabes que no es ningún compromiso