Tenias que ver el platón de mariscos que nos comimos mi mujer y yo, qué hambruna en África o en Latinoamérica, si no existe tal cosa, son puras habladurías; no lo recuerdo todo pero hasta arriba un caparazón de jaiba gigante llena de una crema de mariscos, alrededor: almejas, ostiones, caracoles, camarones, mejillones, manos de cangrejo, con una rodajas de limón real, nos chingamos así como si nada un frasco de salsa tabasco a falta de otra cosa, y bebimos una botella de tinto, tendrías que haber visto la mirada de mi mujer al termino de la comida y de la botella.
Ya para entonces la "otra" hacia mella en mi conciencia, y se asomaba no solamente con su sonrisa sino abiertamente a carcajada encima, se abrazaba a mi cintura murmurando incoherencias y palabrotas capaces de sonrojar al mas pintado, ¡ansiosa pues¡ hembra desenfrenada, ora prono bis, hembra ardiente ora prono bis, ojos de lujuria ora prono bis, labios de pecado ora prono bis, caderas ondulantes ora prono bis, manos tentadoras (de tentar, sinónimo de tocar) ora prono bis, nalgas tentadoras (de hacer caer en la tentación) ora prono bis …ora prono bis, ora prono bis
Los ojos de mi mujer encendidos por el vino, y por los mariscos, y por mis recuerdos y por la melancolía, y por la distancia y la soledad y la alegría
… y fue entonces que decidimos hacer una larga caminata, un poco para bajar la comida, un poco por qué no decirlo por que aquella noche nos esperaba una faena de entrega sin medidas, y cómo jodidos desperdiciar aquel esplendoroso trío.
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