Una luz me ciega
En la oscuridad divina
Y el caminante alza
Más de cien palabras
Pero mil mentiras
Atraviezan pronto
El escaso fuego
Que a través del tiempo
Quiebra la penumbra
Del sociego absorto
Que empaña ventanas
Con la sombra muerta
Y catapulta torpe
Por la blanca cima
Ciegos sentimientos
Que envenenan almas
¡Oh maldito fuego!
Se trocó en cenizas
Que callan y atormentan
Muy lento, ya sin prisa
Texto agregado el 05-03-2003, y leído por 282
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
13-03-2003
ahora mismo puedo imaginar a un cainista vagando en la buskeda de Nod...perfecto... dulcilith
05-03-2003
Tu poesía es extraña y oscura, como la misma muerte que puebla todos tus escritos. Ésta en especial me ha encantado. Saludos. mcavalieri
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