Desde el más sentido respeto:


Recuerdo aquel día como si fuera ayer; como si fuera una maldita película en blanco y negro que hoy se proyecta en mi mente con más fuerza que nunca. Jueves, diez de Julio en mi país: el horror golpea nuestras vidas, desvía el rumbo de lo cotidiano. Incertidumbre, pendientes del televisor. Injusticia. Juego sucio; como siempre. Él, pobre inocente, elejido para pagar un supuesto error: error que sólo vieron ellos en sus mentes envenenadas. Vida truncada, sin avisar, sin explicación. Cuarenta y ocho horas de plazo, hagan juego y no va más. Aunque más de uno creyera en los milagros...nadie sabía a qué número apostar. Nadie. A las cuatro el final; dos disparos cobardes segaron su vida. Sin compasión. Su vida y la de millones de personas que sintieron con él, que lloraron con él, que gritaron de ira con él, que salieron a la calle con las manos pintadas de blanco, mirando al cielo intentando comprender, pidiendo una explicación. Aquel día quedó grabado a fuego en mi memoria, aquel día descubrí el horror, la crueldad...aún resuena en mi mente la voz de los millones de españoles que gritabamos: "¡Basta ya!".

cometimos el error de imaginar que algún día todo ésto acabaría; hace unos días comprobamos que aún vivimos con el terror

A Miguel Angel Blanco
Aquel día, hasta el cielo te lloró.