Será que me estoy volviendo vieja!!, que siento cierta reminiscencia del pasado...
Pensar que si había algo que me ponía de mal humor era escuchar la consabida frase”todo tiempo pasado fue mejor”....
y ahora que!!!
Sigo pensando que el presente es lo que cuenta pero sin olvidar nuestras historias.
Tal vez estas fechas... navidad, fin de año, año nuevo!!! el brindis las ausencias, las nostalgias......
Me voy metiendo en los recuerdos que aparecen como postales del pasados, tan intensas, tan sentidas que cobran vida en mi memoria.
Que distinto era todo cuando mi papá estaba entre nosotros (digo en cuerpo presente, porque considero que aún ronda su presencia por nuestras vidas).
Cómo esperábamos aquellas reuniones, los festejos, la felicidad tan sólo por estar juntos en familia. Y la nuestra era una familia grande y unida: tíos, primos, amigos....nos juntábamos en la casa grande de mis abuelos, en la que aún vive mi tía.
En el patio la parra, en el fondo la higuera, en el jardín un gran limonero, nísperos, quinotos, rosales, una enorme planta de hortensia que terminó expulsada porque según decían las viejas era la causa que mi prima Nilda no se casara (donde hay una planta de hortensia las jóvenes no se casan....jajajajajjaajaj). Quizás sea verdad la leyenda porque después de catorce años de novios al fin se casaron.....
Los preparativos, la comida, las barras de hielo que enfriaban las bebidas, y los postres que hacía mi ti Dora, aún siento ese aroma de la vainilla, canela, chocolate.....cuando llegaba parecía una confitería tortas, tartas, pan de navidad...
En casa la comida tenía una peculiaridad cada familia traía su especialidad y de cada cosa se preparaba como si se comiera eso como único plato o sea....comíamos hasta el hartazgo (siempre les parecía que no iba a alcanzar) y después se repartían las cosas.....de última lo que en un primer momento era apetitoso ya no lo querías ni oler....
Pero no solo en las fiestas nos reuníamos, cualquier excusa era buena para estar juntos y la persona encargada de que la unión familiar era “mi papá”, el organizaba todo, siempre dispuesto, de buen humor, compinche, compañero, un “buscavidas” en el mejor sentido de la palabra o mejor dicho un “dador de vida”.
Cuando era chica mi papá tenía lo que se llamaba “bañadera” un colectivo sin techo (cortado a la mitad...no se como explicarlo..) lo usaba para hacer el reparto de una fábrica de soda y en las noches calurosas de verano cargaba la cocina económica (una cocina de kerosene a bomba) y pasábamos a recoger a toda la familia, y de ahí a la costanera....bajaba la cocina y se ponía a cocinar para todos que éramos una barra, unas veinticinco personas promedio de las cuales diez éramos chicos que chapoteábamos en el río (hasta la hora de la comida).. a la luz de las estrellas, sentía que “el mundo era nuestro”.
Que grande era mi viejo!! Que improvisado y sabio, nunca tuvimos lujos pero nos enseño con su forma especial a valorizar cada momento de nuestras vidas y a vivirlo como si fuese único.
Quizás esto que cuento no tenga para ustedes más valor que una anécdota, pero para mí tiene el poder del amor que sembró mi papá y que hoy lo veo reflejado en los ojos de mis hijos, de mi nieta....
Elvira Castro |