Entre las obligaciones, y la pérdida de mi número, dejé de buscarte. Y pensé que ante mi ausencia no me buscarías más. Me equivoqué, y comprendí mi error con otros a los que insistí. Cuando necesitaste compañía fina, para tratar con tus amigos, me recordaste, y me buscaste. Y no sugeriste que me deseabas más allá de lo común. Hasta que tras seis cervezas mencionaste que querías verme a solas. Y acepté fresca, lo que sellamos con un beso. Me cuentas que no has sido capaz de abordar mujeres que te busquen, y ¿qué seré yo? me pregunto divertida. ¿qué va? para qué te iba a discutir tú falsa creencia. Te gustó mis pechos más grandes, pero me sugeriste recuperar la forma. Ya no me pareció tan entretenido el sexo, pero disfruté ser tu pareja. Que pensaran que estamos casados, y todas aquellas tonterías e idiosincrasias propias de las conversaciones con desconocidos que tocan en los matrimonios. Y de la nada me invitaste a otra fiesta. Y de la nada acepté.No entiendo, porqué si no te amo, adoro la idea de ser adorada por ti. Espero con ansias que me supliques atenciones y me entrego a la aventura de placerme de ti, eres un acertijo que no logro resolver. Eres un sabroso aperitivo de la vida conyugal que probablemente con otro gozaré. A menos que tú, te pongas osadamente en posición de conquistarme de verdad, y yo me deje caer.