El reloj acaba de marcar las cuatro. Si bien los segundos avanzaron raudamente en el reposar de la noche sobre su habitación, el cuerpo no dejo de templar como tratando de expandirse por el tiempo y situarse a media vela en el puerto de defensa de la comarca. Y es que a veces los años lo hacen pensar a uno en cada uno de los detalles de lo mejor que podría ser. Avanzan las tropas y avanza también el deseo. La orden fue dirigirse al punto más alto de la colina. Ahí, se encontraban los soldados montando el campamento cuando un suave acorde se dejo llevar por la tibieza de la brisa de la tarde.
El llamado fue para quienes cargaban las insignias y los estandartes, volví a vivir esa noche, la escuche mencionar las mismas palabras. Hablaba, buscaba respuesta en el fin de las letras.
Esa noche después de la tarde, escapaba de la sombra de los árboles. Algo me decía que paseara bajo la luna, el cielo escondía mil estrellas y un par de nubes suaves pintaban de claro el cielo negro. Recordé un texto de Andrés Gonzhíaz, uno de los amigos de Nietzsche: “Glorificar la génesis - es el retoño metafísico que vuelve a brotar en la consideración de la historia y que hace que se opine absolutamente que en el principio de todas las cosas está lo más valioso y esencial”. Ahí resonaba el eco de lo profundo en su voz dulce, la vista perdida en el intermitente brillo de sus ojos y la tartamudez de las nuevas palabras.
Camine débiles segundos sin mucho de convicción en mis pasos. Súbitamente un brazo rodeo el mío y me condujo susurrando al oído los planes que tenía para mí. Me dijo: “No olvidemos que el sexo es una forma privilegiada de comunicación para los humanos, de expresar amor en el más amplio sentido del término. Te sugiero, en primer lugar, naturalidad y cuando pases a la acción, olvidar las teorías. Está bien tener información -leer-, pero hay que saber improvisar —como en la cocina—. Si no se tiene un ingrediente, se cambia por otro o se omite, lo que importa es el plato en sí y disfrutar preparándolo, no la receta. Para eso hay que saber dejarse llevar”. Condujo suave las ganas, el deseo; mis mentes recordaron al unísono las mismas imágenes que despertaron las fantasías más buscadas entre versos y sonetos melancólicos. Ahí la receta se hizo mágica irrepetible y en la distancia se dibujaron los brazos que cruzaron nubes y cordilleras, desfilaron entre ríos los acordes del mar en una noche de amantes, se encendió la luna eterna del dibujado beso que jamás se olvida.
Al hombre se le puede arrebatar todo salvo la elección de la actitud personal frente al destino. No son buenas las cosas si nuestra actitud es opositora a la conjugación que se presenta frente a nosotros, se escribió que dijo el Maestro. Y nuestra actitud fue la de compartir los versos, descomponer las letras en la sangre de la húmeda alma, acompañar cada flor en su crecimiento y construir un jardín de recuerdos con cada pétalo. He disfrutado eternamente ser Altu, “así como tiernamente me llamaste” , me construí con un humor sereno, a ratos disparatado, entregue las letras ya apañadas en tu regazo, los ecos del temblor de las hojas y el encender del día bajo la garúa de una madrugada de otoño. Ahí volqué las ganas y el deseo, ahí las horas conjugaron un planeta en la misma armonía primordial. Levanté los ojos al cielo, me clave con tu mirada en el horizonte, en el ritual de los tambores que se hizo presente.
«El pensamiento siempre se halla unido a la cosa que aparece como su expresión» Los textos nacieron y el desencadenar de las horas junto las vidas,
“No faltarás a mis ojos”, y es que en la vida las oportunidades corren en lo alto y de vez en cuando bajan para que podamos recibirlas, en ese momento ha de ser sabida la mejor de las oportunidades. En nuestro afán por alcanzarlas debe estar puesta la razón última de las cosas y esa es, “la armonía primordial”, el punto en el universo donde todas las cosas logran coexistir de manera armoniosa para que su energía provoque el desarrollo de nuevas vidas y formas de coexistencia.
En algunas ocasiones se presentan frente a nosotros las más diversas realidades, este acto presencial que logramos en el que se humedecen todos los deseos desaparecidos en un aliento, es la senda por donde nuestras almas se han paseado en el exquisito experimento de voltear las letras y disfrutar en ordenarlas.
( El Texto de la primera Carta a Nef fue agregado el 10-08-2004, Inicio / Cuenteros Locales / alturaspitren / Carta a nef - [C:51662] )
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