Allí estaba ella, recostada sensualmente junto al fuego en un sofá de cuero. Adornaba su cuerpo un camisón de seda roja bajo el cual se adivinaban unos ligueros de encaje negro. Todo en ella era perfecto: su sedoso pelo rubio, sus labios carnosos, su penetrante mirada felina... Por los altavoces del equipo de música salían los primeros acordes de la 5ª sinfonía de Ludwig Van Beethoven. Le encantaba aquella obra. En la mano sostenía una copa de wisky. Ni muy frío ni muy caliente. En su punto justo.Acarició el borde de la copa y se la llevó a los labios en un perfecto gesto mezcla de erotismo y desafío.

-Cabron...-murmuró mientras imaginaba a su marido en
la cena de negocios. La verdad esque se estremecía al imaginarle con otras mujeres. Podría decirse que incluso la gustaba.Su excitación iba en aumento al pensar en la noche de sexo que aún le aguardaba con su amante.

"Se retrasa"-pensó

La música inundaba la sala con fuerza, tanta que no pudo escuchar como abrían la puerta de su casa y tan metida en sus eróticos pensamientos que tampoco pudo ver en el borde de la copa cómo se reflejaba la silueta de su marido apuntándola con un revólver.

- La cena terminó antes de lo esperado... ¿te estropeé algún plan cariño?-dijo irónicamente mientras le acariciaba el cuello a su mujer, inmóvil- Es una pena querida...mancharé tu sofá favorito...aunque ha sido peor lo de tu amante...le jodí la tapicería del coche. Pero míralo por el lado bueno...la sangre no se notará en tu camisón.
Apuntándola de frente se acercó al equipo de música y subió aun más el
volumen.

-No te preocupes querida, nadie escuchará el disparo; pronto llegará la parte fuerte de la canción.


María Audije do Santo ®