Disertada sombra
estrujando su pañuelo
me viene a hablar embriagada
de vez en cuando
al ventanal metafísico de mi alma.
Me pide un holocausto voluntario:
mi corazón celeste yacido en su sombrero.
…Sin tardío aspecto,
llega a la linde de mis sollozos.
Texto agregado el 03-01-2007, y leído por 186
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