Al pensar que no habrá más nada mis ojos son dos gotas de rocío temblando al amanecer. Al pensar en lo que hay mis ojos son gotas de lluvia refrescando el calor de la tarde. Mas al pensar en lo que ha habido parecen ríos uniéndose al mar de la noche.
Texto agregado el 10-02-2004, y leído por 187 visitantes. (2 votos)