Inicio / Cuenteros Locales / Liedchen / El origen
Ella vestía de negro para disimular el turrón acumulado después de las últimas fiestas. Se deslizaba sin pausa de un lado a otro de la barra para recoger vasos, limpiar ceniceros y servir copas.
Apareció él, perfumado, bien vestido, sonriente e ingenioso. Educadamente esperó su turno hasta que la chica de negro se acercó. La miró a los ojos y le robó el corazón.
Más tarde llegaron las confesiones a través del móvil, los encuentros por internet y las conversaciones fugaces entre cafés cargados de curiosidad. Fueron desnudando sus almas y susurrándose deseos con la mirada, sin pronunciar una sola palabra. Estos momentos de dos se rompían cuando sentían la gente que les rodeaba; entonces, ella, protegía pensamientos entre la cafetera y las copas de balón y, él, provocaba encuentros disfrazándolos de intercambios de lecturas.
Un atardecer de abril, sin una barra que sirviera de escudo y sin un libro que sirviera de pretexto, una caricia calló las excusas.
Sólo tuvo que cerrar los ojos, entreabrir los labios y esquivar su nariz.
"- Un café cargado y dos sobres de azúcar"- éste fue el origen.
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Texto agregado el 02-01-2007, y leído por 120
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Lectores Opinan |
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03-01-2007 |
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No deja de ser paradógico el cómo, a veces, las cosas más comlicadas de la vida se desencadenan por la acción de las más sencillas; aunque sea por la espumilla del café. xung0 |
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