Una habitación, una ventana abierta por donde entra el viento que enredaba las cortinas en un vaivén, en una cama matrimonial, dos mesitas de luz a ambos lado de la cama del lado del hombre la luz prendida, el estaba llorando, junto a el su mujer echada.
En constante sollozo del hombre que llenaba la habitación, la mujer quiebra el silencio, que hasta ahora venia ahorcando a su marido.
Mirta:- Dormí un rato
El marido sigue llorando sin pronunciar palabra alguna, intenta balbucear algo, pero todavía no esta en condiciones de hablar. La mujer se da vuelta e intenta seguir durmiendo. Ricardo, envuelto en su cuello el silencio y la melancolía. Un recuerdo ronda su mente, sin dejarlo dormir, sus ojos se entrecerraban de sueño, pero no lograba dormirse.
"Una noche de calor agobiante, estaba tirado en la cama mirando la tele, un clásico, Boca vs. River, mi hija llego a eso de las 2 de la mañana, como siempre solo por curiosidad le pregunte donde había estado y la muy caradura me contesto con una puteada y un portazo. Debo confesar que eso me puso de mal humor, seguí mirando tele esperando que Mirta llegara, me tenia un poco preocupado por que no me había dejado dicho a donde había ido, llego a eso de las 4, como es lógico le pregunte donde había ido y con mucha dulzura en su voz y un poco de sarcasmo, como siempre, me contesto -que mierda te importa, seguí mirando tele y no jodas. Fue al baño se pego una ducha se puso cómoda y se vino a acostar al lado mió como si no me hubiera dicho nada, era habitual en silencio entre ella y yo, luego de un rato nos dormimos. Al día siguiente, se levanto y se fue a trabajar, hacia muchos años que nuestra relación ya no era la de antes ,no nos hablábamos ,no había sexo, no había amor, no había nada mas que silencio éramos dos personas desconocidas. A la noche ella se acostó, yo no podía dormir no aguantaba mas la situación, no aguantaba mas que ella se fuera con otros tipos, que ya no me amara, que mi propia hija lo único que hacia era repetir lo que decía su madre, lo único que hacen es pedirme plata y putearme. No aguante mas la idea y me dormí..."
Siguió llorando, hasta que en un momento se dijo a si mismo -Basta de esta farsa, basta de mentirme.- Miro a su mujer y le dijo- Ándate de esta cama, ándate estas muerta, yo te mate. Si yo le puse fin a todo esto. Si yo, el boludo con el que dormís todas las noches, ándate!!! Hija de puta me cagaste la vida vos y tu puta hija, otra trola como vos que se la pasan revolcándose con diferentes tipos todos los días-gritando desesperado, sintiéndose el más boludo de toda la tierra. Ella asombrada se quedo atónita sin moverse.
Se levanto y fue a la habitación de su hija estaba dormida, extendida cuan larga era en la cama, tan hermosa como su madre pero con la misma mueca que su madre tenia cuando lo miraba, las dos se reían de el. La miro un largo rato en silencio para que no despertara.
Fue al comedor y recordó lo que le había dicho a su mujer, no entendía por que se lo había dicho, se sirvió un vaso de wisky y se quedo echado sobre las mesa, las lagrimas bañaron su rostro melancólico, triste y desolado, recordó con mucho esfuerzo intentando no mentir lo que había sucedido aquella noche.
"Una noche de calor agobiante, estaba tirado en la cama mirando la tele, un clásico, Boca vs. River, mi hija llego a eso de las 2 de la mañana, como siempre, solo por curiosidad le pregunte donde había estado y la muy caradura me contesto con una puteada y un portazo. Debo confesar que eso me puso de mal humor, seguí mirando tele sin prestarle atención, sin saber por que me levante abrí el cajón de mi mesita de luz saque el arma, tranquilo, fui hasta la habitación de mi hija, toque la puerta y no respondió, sabia que estaba dormida por que sino me hubiera mandado a la mierda, entre estaba dormida, extendida cuan larga era en la cama, estaba tan hermosa como su madre pero con la misma mueca que su madre tenia cuando lo miraba, las dos se reían de el. La miro un largo rato en silencio para que no despertara, agarre una almohada se la puse en la cabeza y dispare. No sufrió. Volví a mi habitación seguí mirando tele esperando que Mirta llegara, debo confesar que me tenia un poquito preocupado por que no me había dejado dicho a donde había ido, llego a eso de las 4, como es lógico le pregunte donde había ido y con mucha dulzura en su voz y un poco de sarcasmo, como siempre, me contesto -que mierda te importa, seguí mirando tele. Fue al baño se pego una ducha se puso cómoda y se vino a acostar al lado mió como si no me hubiera dicho nada, era habitual el silencio entre ella y yo, luego de un rato nos dormimos. Al día siguiente, se levanto y se fue a trabajar. A la noche ella se acostó, yo no podía dormir no aguantaba mas la situación, no aguantaba mas que ella se fuera con otros tipos, que ya no me amara, que mi hija lo único que hiciera era repetir lo que decía su madre, lo único que hacían era pedirme plata y putearme. No aguante mas la idea y nuevamente agarre el arma puse una almohada en su cabeza, apunte y dispare”
Silencio en toda la casa, volvió a su habitación, su mujer todavía dormía en su cama, el sabia que ella estaba ahí solo para torturarlo. Mientras el pensaba, recordaba, con una angustia agobiante ella abrió los ojos lo miro y le dijo -¿La viste a Anabela llegar? El le respondió sin darse cuenta -Esta dormida- Ella se rió –No me mientas, sabes que sos un boludo hasta para mentir. ¿Donde esta, que le hiciste?
Sin poder aguantar más se lo confeso, se lo grito(a ella ya el mismo) –Esta muerta, yo la mate a ella y a vos, al as dos las dos están muertas, hijas de puta se la pasaron todos estos años forreandome puteándome cagandome la mísera y puta vida que tengo, la única vida que tengo me la cagaron, hijas de puta. Ándate, estas muerta váyanse. No mejor sabes que, me voy yo se van todos a la mierda vos tu hija tu vieja toda tu familia de mierda, me cagaron la vida hijos puta-.
Se levanto de la cama de la cama se vistió, agarro su billetera sus cigarros y sus llaves, la miro por ultima vez, ella se hecho a reír, con tanto sarcasmo, que daba asco.
Abrió la puerta y no volvió nunca más
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