LOS TRES REYES MAGOS


Va a comenzar el año 1 de nuestra era cristiana. Herodes Antipas, con el permiso de Roma, reina en los territorios que hoy habitan palestinos e israelíes. Desciende de uno de los generales macedonios que se reparten el Imperio dejado por Alejandro Magno, después de la temprana muerte del conquistador. Herodes el Grande, ha reconstruido el templo y las fortificaciones de Jerusalén, más diversas obras que la convierten en una de las ciudades más bellas del Medio Oriente.
Tres Reyes Magos -Magos eran los sabios astrólogos y eruditos de la religión de Zoroastro en la antigua Persia- llegan a la ciudad, guiados por una Estrella que les indica el nacimiento de un ser divino que viene a reinar sobre los hombres.
Son recibidos por Herodes, quien al saber la noticia, preocupado por su cetro, ordena después la cruel e inútil “matanza de los inocentes”, en la esperanza de acabar con la amenaza a su trono terrestre, sin saber que Él viene a reinar sobre las Almas, no sobre los cuerpos. Los tres Reyes Magos burlan la vigilancia de los soldados y llegan donde el recién nacido con sus ofrendas de Oro, Incienso y Mirra. También advierten a José y María del peligro, por lo que estos deciden huir a Egipto, donde vive sus primeros años Jesús Cristo.
Cuando miro en este Cielo del Cajón del Maipo las millones de estrellas que forman nuestra Vía Láctea, busco una que nos señale la vuelta del Salvador. El regreso de un niño nacido en divina inocencia y ahora hombre de serena firmeza, deteniendo la orgía de sangre, violencia y crueldad que campea en nuestro mundo. Hace unas horas ahorcaron a Saddam Hussein en Irak. ¿Cuántos morirán en represalia por esta vengativa medida? Que en una Estrella vuelva, quien vino a este mundo a sacrificarse por nosotros, a terminar su obra que quedó inconclusa.
En la montaña que frente a mí se recorta apenas en la oscuridad sobre el cielo nocturno, espero verlo aparecer rodeado de un ejército de ángeles de espadas flamígeras, trayendo el Orden, la Armonía, el Equilibrio y la Paz a nuestra decadente sociedad humana. ¿O se hará realidad en nuestros días la Decadencia de Occidente sobre la que escribió Splenger hace cien años? Conversaba sobre esto esta tarde con mi amigo Sergio Arias, quien lo considera un hecho. Para ser franco, yo también.
Antes un apretón de manos sellaba el compromiso de honor del cumplimiento de la palabra empeñada. En Brasil “com um fio da barba”, o sea “con un pelo de la barba”. Herodoto narra que los antiguos árabes eran el pueblo más fiel a su cumplimiento.
Hoy se burla hasta lo firmado ante Notario. Y es considerado al burlador inteligente y astuto. Al burlado ya sabemos como se le dice en Chile.
Recuerdo las palabras del Martín Fierro de José Hernández:
“En el mayor infortunio,
pon tu confianza en Dios,
de los hombres, sólo en uno;
con gran precaución en dos”.
Los Tres Reyes Magos pusieron toda su confianza en el Niño Dios. En esta conmemoración de su nacimiento, sólo nos queda la Esperanza de que su venida nos traiga por fin la Paz en la Tierra, aunque sea 2007 años después.

San José de Maipo, 30 de Diciembre de 2006. Juan Carlos Edwards Vergara