Esperaba yo este día
con la ansiedad de un niño.
en mi no cabía la alegría,
por doquiera veía cariño.
Imaginaba las calles de mi pueblo,
alegres, con sonrisas infantiles,
pues había pasado el año,
con sus cantos juveniles.
Pasó la Navidad,
entre ponches y piñatas,
con deseos de felicidad,
entre regalos y cartas.
Todo mundo parecía sonreír,
aquellas luces de los foquitos,
invitaban a todos a reir,
y a dar muchos regalitos.
El nacimiento del niño Dios,
así lo decía mi hermosa madre,
y la llegada de Santa Claus,
también lo decía mi padre.
Un brindis muy sincero
se hacía en la familia,
Todos decían " Te quiero",
pues no había nada de envidia.
Yo debía sentirme feliz
en aquel bello ambiente,
pero no era así,
me sentía muy diferente.
Otros niños con sus papás,
y yo, en mi eterna soledad,
entonces de que servía,
que se celebrara Navidad.
Muchas veces yo volteaba,
a ver si venía papá,
y en las calles empedradas,
solo había oscuridad.
Al cielo varias veces imploré,
que mi hogar fuera feliz,
y cuantas veces lloré,
porque no estabas aquí.
Y hoy que es seis de enero,
sólo deseo verte,
juguetes ya no quiero,
sólo volver a tenerte.
Sentir que me abrazas,
oirte a mi lado contento,
y en tu linda mirada
volver a mirarme por dentro.
Otros niños, juquetes querrán,
pero yo en este, mi rezo,
Le pido a mi padre eterno,
que en este seis de enero,
me regrese a mi papá.
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