-Granadilla-
Fruto de la Pasionaria


Tengo una granadilla en el pecho. Digo granadilla porque lo sé, no he visto dentro de mí, pero la siento allí, estorbando. Y doy gracias, porque conozco personas que tienen balones de básquetbol, incluso supe de alguien que tenía una lavadora, que, según he oído, produce dolores inimaginables para nosotros, los portadores de granadillas. Creo que quedamos pocos, por lo menos en la ciudad se que hay pocos, algunos ni siquiera saben que la tienen. Quizá el colegio, quizá esa niña a quién amé, quizá la familia, o los amigos, o la forma, o la estatura, o el clima, quizá el día que robé a la tía, quizá meterme a la piscina después de almorzar, tal vez los tragos... no lo sé, pero algo tuve que hacer para tener esta maldita granadilla en mi pecho. Con palito y todo. La siento, al lado del corazón, estorbando, me duele al respirar y al vivir. El palito molesta mas que la esférica forma naranja sobre él. Se apoya sobre la aurícula derecha, sin penetrar, pero haciendo cada latido doloroso. He intentado sacarla. Traté de localizarla, pero el esternón estorbaba, me golpeé con fuerza tratando de romperla, incluso, traté de ayudar a los que no tienen tanto como yo, intenté sentir el pecho vacío amando, intenté.
Intentar. Tratar. Eso no sirve para una mierda. Y mierda es lo que me voy a volver si ésta puta granadilla no sale por donde entró. A veces me sueño vomitándola. Vomitando todo lo que me ha hecho sufrir, pero no, es imposible. Dicen los médicos que es peligroso extirparla, que la granadilla está unida a un conducto sanguíneo importante, uno que irriga el cerebro. Que si saco la granadilla de mi pecho, mi capacidad cerebral va a ser reducida a la de un joven de 16 años de gafas oscuras en un twin cam. Yo solo quiero que la saquen, aunque no pueda volver a pensar.
Hoy prefiero morir a seguir cargándola.
Solo ruego, a dios o a quien haya que rogarle, a quien oiga cuando pienso que ruego, que esta carga tenga al final algo de felicidad, que los días como hoy se reduzcan, que me sienta mejor que quienes parecen tan felices sin granadilla. Que pueda alcanzar esa felicidad que ellos nunca podrán, la felicidad de llevar una granadilla en el pecho. Esa, la extraña, la de Kubrick, la de García Márquez, la de Cortázar, la de Gandhi. Esa que no se logra con nada, solo con uno. Ruego, y aunque sirva para una mierda, sigo intentando.

-Granadilla-
Fruto de la Pasionaria