Ya soy un señor


Hay indicadores precisos que lo muestran
y no se trata de una pretensión mía.

Por ejemplo, puedo hacerte el amor por horas,
pero disfruto por igual tu conversación en la cama,
cambiando el mundo
y jugando a ser adolescentes

Me he dejado crecer el pelo, entrecano,
o ya decididamente canoso
Uso el pelo largo. Casi tan largo como mis noches
y más largo que mis sueños
y me veo igualmente viejo, pero feliz.

No necesito envolverte en te amo
me aceptas así
porque ya soy un señor
una versión criolla de Marlon Brandon
sin Último Tango.

Mis Hijas me abrazan y declaran amor
amores tan ausentes
y tan permanentes
como los otros
los que me hicieron escribir.

Soy un señor que vendió su alma a la Diabla
una Diabla de cintura angosta y culo firme
pechos de niña
pero que no era niña
y antes de desaparecer
extendió la cuenta que otro pagó por mi.

He aprendido en este tránsito:
dejé de fornicar para hacer el amor
dejé de odiar para valorar aquello que amo
y así odiar con más fuerza
dejé de codiciar la mujer de mi prójimo
ahora sólo me acuesto con ella

Soy un señor que sabe que no hay más nada
que todo se consume
todo desaparece en la tormenta
lo único que vuelve a la orilla
son los amigos que van y vienen con la marea

Como Gran Señor y Rajadiablos
puedo irme tranquilo
a dormir una siesta
me espera la noche
y tus ojos.