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Inicio / Cuenteros Locales / nazereb / 74) Simplemente no importa la edad

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Mezclan el cilantro, la miel y la cicuta frente a su presencia....

Al mirar la hora, se te cae una lágrima. Sabes que no es porque haya realizado sus deseos más impuros en aquella brisa primaveral, fue por haberlos cumplidos con tu esencia. Ellos creen que dejaron de existir cuando confirmaron que tu pequeña y frágil humanidad no ha sido violada. Te le has entregado en cuerpo y alma, dejando que sus manos entren, y lo hagan por tus piernas. Le has regalado tus horas, permitiendo que hiciera de tu cuerpo, lo que ella quiera.

Primero el cilantro con la miel, luego lo vierten sobre la cicuta, de cuya consistencia es semejante a la de la miel dura. Lo mezclan con placer y dolor, lo hacen con rabia y amargura, lo hacen porque saben que desde lejos tú los observas.
Vez como preparan las armas que dejara en libertad su coraza rota. Sirven en fina copa de coñac muerte segura, muerte que entrará por sus labios, los mismos que una vez estuvieron entre tus piernas.

No pregunta, no le cuentan, ella lo imaginas, siente tu presencia.

Levantan dulcemente su delicado rostro y lo contemplan, luego lo abofetean. Lágrimas rojas que nacen de sus labios, dejan sus huellas sobre sus piernas. Se impregnan en el suelo dejando la marca de su existencia. Una mano acaricia sus labios rotos, la otra le entrega su condena.

"He aquí lo que has sembrado por años, es hora de que te lo bebas".

Quieres entrar, pero uno de ellos no te deja, con irónica elegancia susurra en tus oídos.

“El infierno le sonríe, sus puertas, permanecerán abiertas.”

Brotan en tu ser el miedo, la angustia, la impotencia; la rabia corre por tus venas, la ira se transforma en violencia, entras en descontrol, no te importa más nada; ellos se ríen, festejan mientras te alejan.

Intentar borra en tu ser el nudo que te ha generado es borrar de tu memoria lo que esta pasando. No puedes dejar que tu ser también decaiga. Y que lo haga en sus manos, no puedes permitírtelo. No sabes como hacer, sientes que te tienen atada de pies y manos.

Ella no les pregunta porque, ellos no le cuentan, tan solo con tono ácido le dicen:

“¿Sabes que llegó tu hora? El infierno tiene tiempo. Este con sus puertas abiertas, a tu alma esperará”

Quedas sin habla, al escuchar esas palabras, he inconclusa te sientes al ver que le quitaran el aire, sus anhelos, lo que le quedó de esperanza. Creen que la han dejado suspendida en la nada. Le sacaran todo menos su fe y su alma porque no son dignos y su ser, simplemente no lo alcanza.


Te mira a los ojos, tan solo caen lágrimas, no puede evitar que una sonrisa se dibujase en sus labios. Ellos garabatean palabras de amor, y ternura que nublan tu mirada. Te pide disculpas. Te dice lo siento. Te llevare en el alma. Te cuidare desde el cielo.

No lo soportas, quieres entrar, pues ellos no te dejan.

Bebe su final calvando su mirada en tus ojos que no entran. Sudas porque no sangras; gritas hasta que tus palabras enmudecida quedan. Llantos que ahogan tus sueños, tu vida, tu fortaleza, te dejan sin fuerza de rodillas frente a quienes condenaron su existencia. Cierras los ojos intentando mantener la calma, no lo soportas, no lo toleras, se te ha comprimido el alma, han destrozado tu vida y la de ella.

El verdugo retira orgulloso su presencia pues su conciencia no le pesa. Inocente se cree al estar frente a ese acto de violencia; sabe que su ideología no es como tú lo deseas, y lo disfruta, lo saborea, se te ríe en la cara después de mirarla a ella.

Un ser se acerca hasta su cuerpo y se inclina ante su presencia, luego le quita la ropa y la observa, gira su propio rostro buscándote la mirada hasta que la encuentra. Perezosa y fríamente se levanta, se acerca hasta donde te encuentras. Te quita el labial que tienes entre tus manos, ese, el que te obsequio una vez ella. Lo mezcla con la sangre de sus labios y escribe sobre su cuerpo delgado.

“No son libres porque están encadenadas en la mesa de nuestras ideologías”

Luego la empuja con el pie, por no decir que la patea. Se acerca nuevamente hasta ti.

"¿Sabéis que les falta mucho más que unas simples y malditas alas? No son y no van a ser libres nunca, porque ambas están atadas a nuestras entrañas."

Se da media vuelta y emprende su marcha diciéndote. "No llores niña. El amor es inseparable de la cúspide de la pasión real; no de la que se inventaron. La verdadera es libre, la que quieres tener te llevara al infierno."

El sabor amargo de su victoria acaba de entrar en guerra. Te acercas quitándote la ropa, te quedas a pocos metros de ella. No crees lo que ves. Te pellizcas para que lo sientas. Juras vengar su memoria a aquellos que han ultrajado su ser.
Sabes que no puedes.... no te quedan fuerzas, se la ha llevado tu ser amada, ella era tu fortaleza.

Hacerle frente a esos seres que compran la esperanza con sobras y que de rodillas piden por lo que saben que no alcanzan, no puedes.
Te preguntas como hacerlo, pero tan solo quieres partir.

No esperaras que anochezca, estarás ausente en el próximo amanecer.
Esa noche inmortalizara el amor que sientes, y sentiste por ella. Levantas el Cáliz, lo contemplas, lloras sin lágrimas mientras tu ser piensa:

“Las raíces que emergen en esta humanidad vuelcan su universo dentro de esta copa. No se dan cuenta o no quieren ver que han herido la semejanza que tenemos con ellos”

Escribes una nota, luego bebes esa sociedad lejana y escandalizada.

Al poco tiempo regresan, se acercan hasta ellas, levantan la nota del suelo. Luego la deja caer encima de sus cuerpos desnudos, lagrimas corren por sus mejillas...

“He de descansar sobre los pechos de mis ser amada, más nadie a de dormir mis alondras que ya son libres, porque he dejado caer adormecido mi cuerpo en su cuerpo. Como encontrar cual es el sentido de la vida, si cuando estas a un paso de vivirla, ustedes nos la quitan de nuestras manos. Mi mirada estática sabe que no estará, cuando la parca gobierne.

A ustedes que son y seguirían siendo, otra de las razones de mi existencia, si, ustedes que son y fueron mi vida. Los llevare por siempre en mi, porque siempre los tuve y les tendré bordados con hilos de oro y plata en lo más profundo de mi corazón, al igual que la llevo a ella.

Lo único que les voy a pedir, es que el polvo de nuestras cenizas no termine en el plato que han servido en esta mesa.

Los quiere y siempre los quiso, su hija Franchezca”



29/12/2006

Texto agregado el 29-12-2006, y leído por 137 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
03-10-2007 Sabes amiga me llego muy profundo lo que escribiste, se siente la rebelión Y el dolor mis estrellas******** tari2552
23-04-2007 Hola Ana; es un mensaje el que escribiste en este texto, y seguramente va dirigido a las personas que más amas quienes son las que no pueden comprenderte, es difícil… seguro que quienes te aman no lo puedan hacer así, rápido, sin luchar por lo que ellos creen que es tu felicidad, solo tendrás que poner un poco de paciencia y seguir explicando todo lo que a ti te hace feliz, con el tiempo llegara la calma y lograras serlo, no pierdas las esperanzas***** Besos lagunita
 
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