Ese pan que descansa en su costado
es su dios, su demonio.
Su mano
aferrada a la masa endurecida
es la dentellada que provoca
la antigua cicatriz.
El muerde ese bocado
resignado
como un lobo cautivo
en esa orilla incierta
en donde el cazador
lo mira calculando
el disparo perfecto.
Y en ese combate
el pan
se transforma en su verdugo
y se lo traga.
La imagen de quien es
se tambalea en una zanja
junto a un puñado de vidrios estrellados
que la noche olvidó...
Texto agregado el 10-02-2004, y leído por 775
visitantes. (7 votos)
Lectores Opinan
12-07-2010
No había pensado que se podían hacer imágenes tan sórdidas con un pan. Muy bueno alcestes
09-11-2004
Muy salvaje, muy puro, muy triste y solitario. Pura pasión. Mandragoras
15-02-2004
Sorprendente... lleno de muchas claves no?... me gusta, tienes una forma muy bella de escribir.. tiamatvampire
10-02-2004
Todo es nuevo para mí. El tema, el modo, la belleza... venicio
10-02-2004
Muy cautivador y por su brevedad impactante... No soy quien para decirlo pero trabaja un poco en la puntuacion. Muy bueno. Art
10-02-2004
Un poema con mucha fuerza y ritmo, moderno. margarita-zamudio
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