Carta a un dadá

Por cualquier parte que pases encontrarás voces de un silencio recurrente, reconocido por azar e inequívocamente asimilado para llegar a un lugar donde no pocas personas llegan. En el fondo de un baúl, de un departamento, de un almacén,…de tu corazón. Quien sabe hasta donde puede llegar la naturaleza humana(a veces se olvida lo humano), desde su finitud física hasta su infinito espiritual como supernova transportando la astrofísica a través de un quantum de luz a un quantum personal hasta tu habitación, por medio de un libro de un pasado escolar o gran telescopio óptico, como cuásares que difunden por tu personalidad de hierro y amor. Te tuve entre mis manos, entre mis cabellos, entre mis hemisferios cerebrales, entre mis corrientes de sinapsis, cada vez que te me aparecías fugazmente entre mis juegos siempre queriendo llegar mas allá, pero siempre llevándote en el bolsillo de mi camisa, de mi calidez. Que por qué te escribo, que porqué te tomo en cuenta, que porqué estuviste olvidado por años en escaparate solitario, raído por el olvido, cual Ovidio y su metáfora del buen amor. Yo te conocí en mi infancia tímida y yuxtapuesta a una formación cristiana y musical. Que porque me importas tanto, como alfajor dieciochero. Que porqué te miro. Si yo no te miro. Que te has puesto delante de mi talante y te miro porqué te veo, y te observo porque te pienso. Pienso luego existo, es cartesiano y es racional. Ay dulce corazón no te lastimes, ni te encojas…. Tampoco te ufanes. Elógiate, que tu ya estabas presente en ese portal de oro del cual el magnánimo siempre espera a los neófitos. ¡Siii, tu naciste para morir por todos y te has consagrado. En un Jesús personal. En un cristo de bolsillo. Eres un crisol viviente y redentor de almas artistas. Yo te llevo en mi corazón como alma inconclusa. Yo te manifiesto con mi apoyo, te resuelvo en ecuaciones y te revoluciono con pensamientos. Cuando llego tú ya vienes de vuelta, con tu sobretodo pálido y desteñido por el uso. Cuantas historias llevas a cuestas, si la gran guerra te vio parir. Para ti dios ha muerto, porque ha nacido en el espíritu de la elegancia y el sublime. Signos y síntomas de algo superior que fulgura en tu pecho falso como presea divina, y se asienta en tu mente. Elemental. Un cura me lo dijo al oído en un confesionario, pero yo solo te escucho a ti que me hablas con locuacidad y hermetismo. Ya lo decía mi abuela mas vale pájaro en mano que cien volando. Como un perro descansado, solo espero 10 volando. Wake up! levantaos de tu caos, en un principio fue la entropía, tu estabas antes del principio. Aayy¡ como juego con tu contraluz! y tu tornasolado apellido! ay mi dios que gracias has dado al mundo y no te habías dado cuenta. Si yo no sabía que hoy ibas a estar tan próximo. Me hubiera arreglado mejor, hubiera cantado flores al cielo y temperado mi garganta con alcohol. Hubiera echo añicos mi foto para colocar la tuya en un mostrador de tienda. Así y todo, mucha gente te reconoce por las calles, te conversan, te acosan, te pisotean, pero también te adoran.
Ahora con el paso de los años te has vuelto maduro en la historia colectiva. Yo te conocí, te pensaba, te buscaba, te perdía, te idolatraba, te maldecía, te maltrataba. Si, todo eso y mas, hasta el tuétano del recuerdo tu inspiración hace elevar el pensamiento desde la materia al espíritu, de la nada al todo, de lo complejo a lo simple. Yo en mi casa y tú en el cielo, volando como vuelas y llorando como lloras gotas de melancolía y nostalgia, aunque la risa y el saber siempre fueron tu alma.
Ahora con el paso del tiempo relativo te incorporas en cuerpo y esencia, regalas tu sabiduría infinita, llueven conocimientos y brotan corazones. Tu mi cristo, tu mi conciencia, tu mi serenidad. Ahora me despido con tu quehacer inmaculado. Hasta la vista, hasta pronto, que te vaya bien, cuídate, saludos a la family. En realidad…no me quiero morir. Si te vas me muero, pero quiero nacer de nuevo en la aventura siguiente, en la travesura pasada. Patéame el trasero, tírame por la borda, desde un precipicio, desde un rasca cielos, desde un árbol, pero no quiero morir solo. Quiero dormir en tu regazo, como niño somnoliento…
Ahora vete mejor, déjame en paz. Una parte mía ya murió y te la llevas con tu partida. Desde el centro de mi ser nace un nuevo yo. Desde el centro de tu ser nace la escolástica a la didáctica, desde la alcancía al aparador, fulguras como un dios en un Olimpo, como un héroe en un Vallahla, como un iluminado en un Nirvana. Te vuelves omnipotente, omniabarcador, el sapiente, el entendedor, el sabio, el maestro. Mientras yo te miro y te observo desde el horizonte como te escondes, espero tu próxima venida. Mi próxima muerte, mi próximo nacimiento, tu nuevo amanecer, tu nueva alba. Se vaciaron los torrentes, se calmo la angustia, se ahuyentó la depresión, los locos se volvieron cuerdos. Los locos de amor. Tu ya en el otro mundo y nosotros acá esperando. Ha nacido un nuevo hombre, ha nacido un nuevo dadá.