En el silencio, las sombras me envuelven,
Grito y trato de escapar, pero no puedo.
La muerte está cerca, mi fin ya viene.
El destino me ha alcanzado pero no es mi momento.

Mi vida ha sido dura, mas mi necesidad el dolor.
Todo a mi alrededor es gris, llorar es inevitable.
En el silencio, las sombras me dan calor,
Callo y aguardo en sus brazos, sólo simple resignación.

Quisiera que esas voces se callaran,
Que los espíritus dejaran en paz mi existencia.
En el silencio, las sombras me asechan
Observo y lloro, mas ya no me pertenecía.

“ya no es necesario escapar de tus martirios,
Tus deberes transformados en pura satisfacción,
Si tus actos no son buenos, envueltos en misterios.
Ahora yo soy algo más que un vengador,
De tus pesadillas yo soy de todas la peor”.

Mis torturas deben llegar a su final
Pero sólo me quedan dos salidas.
No me resigno a los demás torturar
La soga al cuello es mi única amiga.