Me gana todo aquello que no entiendo, circunstancias que superan la razón.
Van mas allá esas palabras que dijiste, separan mi corazón.
Elocuencia en tus labios, pronuncian inmortalidad, promesas q jamás se cumplirán.
Y me supera, me gana, me destierro de lo q sos, de lo q soy y fuimos.
¿Cómo nombrarme después de tantos años que supuse que ese era mi nombre?
Ya no me llamo como me llamaba antes, ahora me llamo llorando o grito cualquier apodo,
vos que me anunciabas así con locura, con esa dulzura del gusto de tus labios,
Pero no mas la razón del entendimiento de aquellos días, no mas preguntas respondidas,
hoy ya no, no somos en el futuro más que engendros incubados que destierran y amenazan.
Tristes palabras las de anoche, sensación que desarma almas y arma caricias mortales,
no me toques que me muero, no quiero más q tu recuerdo, no quiero mas que promesas q jamás se cumplieron.
Es la costumbre de lo obvio, lo seguro que ya no encuentro en tus ojos ni en los de los demás.
La razón perdió sentido hoy, mañana emoción, es que el tiempo jamás existió con vos.
La realidad me esta golpeando la cabeza, y duele, duele el sabor del adiós.
No te vayas sin hacerme respirar, resucitarme de entre tus dedos porque el cigarrillo ya no enciende pasión.
Adicción a lo que solía ser yo, lo que solías ser vos, y los demás.
Deprimentes y radicales cambios que fui forzada a ver, a transcurrir mientras perecía en indignación.
No pienses que ya murió, esa sensación, ese dolor. Hoy perdura la ilusión, sin inocencia ni amor.
Tiembla mi alma y espera, jamás un retorno victorioso de lo q eras vos,
jamás eso que prometiste con devoción, prendiste un fósforo y quemaste todo a tu alrededor,
te fuiste, oh adiós.
En llamas me dejaste tendida entre escombros y memorias, consumida en melancolía,
en llamas de espera me encontraras en tu regreso, pero nadie te va a aplaudir,
regresaste a lo que eras vos, pero ahora solo cenizas soy yo. |