Es muy malo, acabo de leerlo y notar que necesita muchas correcciones, pero quiero subir algo, y es lo único que tengo digitalizado. ustedes sabrán disculpar...
-------------------------------------------------
Era un día espantoso, tal vez el mas desagradable que le había tocado presenciar.
Se encontraba acostado en su cama endurecida por el inclemente paso del tiempo, intentando distinguir los dedos de su mano a través de la espesa oscuridad que inundaba todo a su alrededor. Todo, salvo una pequeña ventana situada en la parte superior de la pared que estaba frente a el , por la cual se filtraban tristes rayos de luz grisáceos. Afuera el paisaje no era menos lúgubre, las nubes inmensas y oscuras ocupaban el vasto cielo y parte de la tierra. Unos pocos pájaros deambulaban sin sentido por el aire, dejándose arrastrar por las densas corrientes de viento que cruzaban la atmósfera de un lado al otro, vagaban entre la espesura de las nubes que amenazaban con una tormenta terrible.
La calma era exasperante, sentía la necesidad de gritar, estaba extenuado, no podría aguantar mucho mas. Quería acabar con todo, comenzando por el silencio que lo asfixiaba.
¡¡BASTA, POR FAVOR!!- gritó con toda su alma, pero su voz fue ahogada por un descomunal bramido del cielo que pareció a punto de derrumbar las cuatro paredes que lo cercaban. Siguió la lluvia, el diluvio. El agua caía desde todas partes, parecía salir de las paredes y el techo. Se sentía empapado, solo podía escuchar las gotas golpeando con furia todo a su paso, gotas que fueron creciendo mas y mas, hasta parecer piedras. Podía sentirlas, inmensas piedras congeladas que azotaban su cuerpo sin piedad, lo lastimaban, sufría, sangraba, lloraba.
Lloraba de dolor, aunque aún se encontraba sano de cuerpo y totalmente seco, excepto por las lágrimas que bañaban su rostro, nada era cierto, solo su llanto.
Lentamente se incorporó, se dirigió a la ventana y la alcanzó con esfuerzo. Pasó su mano a través de las rejas e instantáneamente sintió un dolor frío y agudo que se apoderaba de sus dedos y avanzaba hacia su brazo y el resto del cuerpo. Rápidamente ingreso la mano en la habitación. Sus pies se salpicaron de un extraño líquido rojo. El frío que lo invadía lo abandonó, dando paso a un calor abrasador que parecía provenir de el extraño líquido que ahora bañaba todo su cuerpo.
Cerró fuertemente sus ojos, las lágrimas que aún cubrían sus pupilas se esparcieron por su rostro, limpiando y aliviando el dolor. Permaneció así un tiempo, apretando fuertemente sus pupilas, dejando que sus lágrimas se secaran lentamente sobre su cara. Cuando abrió los ojos se encontraba nuevamente recostado, afuera llovía, los pájaros deambulaban sin sentido y las nubes amenazaban con una tormenta. Era un día espantoso, seguramente el mas triste que había vivido.
¡¡BASTA, POR FAVOR!!