Paseaba reposando sus pies en la hojarasca amarillenta que cubría las calles.
Un paisaje otoñal con algo de frío por las noches le invitaba a encerrarse en casa sin salir, pero aquella noche sintió la necesidad de pasear para dejar sus pensamientos libres.
No servía de nada pensar en el pasado, en el ayer... Cuando la sangre que fluía por sus venas estaba llena de vida. El ayer fue historia en su pensamiento porque enfermó y él quedó encerrado en el olvido.
No más palabras de cariño, sólo gruñidos y monosílabos. La rutina se instauró en sus vidas de manera silenciosa. Él buscó la falta de cariño y ella se amparó en la soledad de las paredes adornadas de recuerdos para intentar sujetar lo poco que quedaba de ellos.
Ayer él amó con todas sus fuerzas a esa mujer, llegó a desear su cuerpo de manera enfermiza e intentó comprender sus pensamientos más de una vez. Pero todo fue en vano porque ella olvidó hasta su nombre, los recuerdos y momentos se perdieron en el tiempo... y él resultaba un extraño.
Hoy es bien distinto.
Ayer corría sangre por sus venas.
Hoy... su mirada dijo adiós.
Texto agregado el 28-12-2006, y leído por 98
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Lectores Opinan
02-01-2007
El tiempo nunca pasa en balde. Fantástica la frase final. Van 5. jau
28-12-2006
Muy bien ,sobre todo el final...Acertado elcocodrilotaimado
28-12-2006
Me gustó cafeina_poemas
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