La confusión embarga poco a poco mi aura; el desquicio roza con sus alas mi cuerpo atormentado; la vida se ríe a mis espaldas mientras las mentiras brotan de un manantial inalcanzable de la verdad.
Las dudas acuchillan mi cuerpo apasionado, mientras la certidumbre se ha escapado de mis manos. Sólo tu recuerdo me acompaña, las caricias me consuelan, los sueños me inspiran. Sé que ya no estarán conmigo. Sólo hasta que el tiempo lo permita, trataré de volver a sentir tus suspiros en las brisas de la mañana, sentir tu calor en los rayos de cada madrugada, sentir tus lágrimas durante cada tormenta.
Tus delicadas palabras, mezcladas con dulzura y cariño, en una voz realmente irresistible, sólo ocasionan lágrimas en mis ojos, ojos que no resisten el dolor de perderte, perderte y nuca volver a tenerte.
Sabes que te amo, sabes que te quiero, sabes que por ti muero, y es lo que estoy haciendo, lentamente, a cada momento, puesto que ya no te tengo, perezco en el llanto y la melancolía, mientras mis palabras quedan ahogadas en el abismo que hay entre tú y yo.