una lustradora de piso funsionando sin que nadie la sostenga es lo que paresco cuando danzo en ocaciones bajo la luz de la luna.
la danza se diferencia del baile,
porque esta es una escritura sobre el espacio,
mientras que bailar es primero y antes que nada, mover el esqueleto con ganas de hacerlo.
cuando estoy de caza para poder alimentarme como corresponde, acostumbro acercarme a la presa de turno, de una manera sigiliosa,
sobre un caminar lento pero decidido;
pareciera que desarrollo en esos momentos tambien, como una danza sutil,
dedicada a la inminente muerte,
que se hara presente al instante despues del primer zarpazo.
la parca de ustedes, que cada vida vuestra tiene aderesada a su destino propio,
si que es ciertamente vienvenida al momento de alimentarme, mas que nada,
por que esas necesidades todopoderosas que rigen las reglas del instinto, en esas ocaciones especiales, se me hacen fundamentalmente necesarias para poder continuar andando sobre mis cuatro patas.