Al final del día y bajo la luz de las estrellas,
sobre mi rostro sopla el viento frío.
Atrás quedó el camino recorrido,
las caídas, los golpes,
el dolor, las risas, la esperanza,
las lecciones aprendidas,
las heridas cicatrizadas,
que hoy ya no duelen más, ya no más.
En la oscuridad sonríen las estrellas,
guardianas de mis secretos,
testigos de todo pasado.
Y ellas me dicen que siga adelante,
porque hoy no importan las caídas ni los golpes, ni el dolor.
porque hoy el mundo es de los fuertes luchadores,
que sin armas se enfrentaron al mundo,
como yo.
Al final del día y bajo la luz de las estrellas,
sobre mi rostro sopla el viento frío.
Adelante se vislumbra el camino por recorrer,
y esta vez sólo hay sueños y esperanzas,
fortaleza, experiencia, sabiduría,
y siempre nuevas lecciones por aprender.
En la oscuridad sonríen las estrellas,
guardianas de mis secretos,
testigos de todo pasado.
Y a donde quiera que vaya ellas me acompañarán,
porque ellas siempre estuvieron en todas partes,
y aunque yo no las vea, sabré que están ahí.
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