Cuando Dani entró en la habitación de Lorena, ella estaba de pie de espaldas a la puerta, de modo que no pudo escuchar como el chico entraba ya que tenía los auriculares puestos.
Lore escuchaba una de sus canciones preferidas. La chica iba vestida solamente con una camiseta que le tapaba hasta mitad de sus sensuales piernas.
Él se quedo de pie, mirándola, sin saber que hacer. Su intención era acercarse y darle un susto para ver como reaccionaba y después reír junto con ella de la broma. Pero, de repente, ella empezó a bailar, no se había enterado de que Dani estaba allí.
Canturreaba una canción en otro idioma que no se sabia, solo ponía, aquí y allí, una palabra en ese idioma y el resto lo tarareaba lentamente, se movía muy despacio dejando que la musica que solo ella escuchaba hiciera que su cuerpo se moviera.
La canción era pausada.
Ella movía los brazos lentamente.
Un puño cerrado hacia de vez en cuando de micrófono improvisado mientras que su otra mano dibujaba figuras en el aire.
En un momento la canción se hizo mas intensa, ella dejo el micrófono y ahora bailaba lentamente mientras se acariciaba poco a poco el cuerpo. Sus manos se posaron encima de sus muslos y fueron levantando poco a poco la camiseta.
Dani estaba a su espalda.
A solo unos metros.
Sus manos fueron subiendo cada vez más…
Fueron pocos segundos….
Su ropa interior inquieta, se asomaba poco a poco a los ojos de él, que la contemplaba con los ojos abiertos. Fue en ese momento cuado se dio cuenta que tenia ante él una mujer, bella y sensual, no sabía qué hacer…
“Posiblemente cuando se gire y me vea se enfadara…”pensó Dani. “O nos reiremos un rato de esto…” Pero su mente pasó a otro lugar. Deseaba acercarse y rodearla con sus brazos y descubrir si debajo de su poca ropa había algo más. Quería acariciar su piel desnuda. Se le hacía interminable no poder acercarse y acariciar cada una de las curvas que se insinuaban debajo de la poca ropa que llevaba.
Otra vez sus brazos bajaron hasta sus muslos. Volvieron a levantar la camiseta y esta vez aún más arriba. Dejando ver como sus braguitas dibujaban el contorno de sus nalgas y se perdían entre sus piernas entre abiertas.
Dani perdió la noción del tiempo; no sabía bien que hacer. La verdad es que estaba tan excitado como confuso, no sabía si acercarse a ella o bien salir de la habitación y volver más tarde. Pero en ese momento ocurrió algo inesperado.
Lorena giró la cabeza y lo vio.
En ningún momento sintió vergüenza.
Lo miró solo un instante.
Y siguió bailando. Continuó con el contoneo de sus caderas. Continuó acariciándose el pelo, continuo acariciándose las piernas. Ella sabía que el la había estado mirando todo ese tiempo, ella sabía lo que hacía.
Dani estaba p e r d i d o
Lorena lo había citado allí.
Y allí estaba.
Dani se acercó lentamente a Lorena que seguía bailando, sus movimientos eran rítmicos y sensuales dibujando pequeños círculos con sus caderas. Él extendió sus brazos y la cogió de la cintura.
Ella suspiró.
Dani empezó a acariciarla.
Lentamente se acerco más a ella.
Tan cerca que el calor de su cuerpo lo invadió todo.
Las manos de Dani se posaron en el vientre de la muchacha sin que esta dejara de moverse; inquieta, Lorena se dejó llevar por el placer, el ritmo de sus caderas fue disminuyendo a la vez que llevaba sus manos a su cabello y se acariciaba el pelo. Dani, que seguía aferrando a Lorena por su cintura comenzó a subir sus manos por el costado de la muchacha hasta llegar a sus brazos y de ahí fue lentamente hacia adelante hasta posarse lentamente en los pechos de Lorena. Ella suspiró profundamente y cogiendo de la cabeza a Dani lo acercó más a su espalda.
La unión de sus cuerpos hizo saltar chispas en la habitación.
Dani inclinó la cabeza y empezó a besarla en el cuello, ella se reclinaba más y más a él, suspirando y sujetando la cabeza de él para que no dejara de besarla, de morderle el cuello, de lamerle la nuca; mientras le acariciaba los pechos, primero con mucha suavidad y, después, con fuerza apretando poco a poco los pezones de la muchacha que estaban excitados y se dibujaban perfectamente por debajo de la camiseta.
No teniendo suficiente con esto, Dani, bajó las manos y lentamente empezó a levantar la camiseta dejando desnudo el cuerpo de Lorena, que permanecía pegado a él buscando ahora si con más ahínco el calor que desprendía el muchacho. Las manos de dani estaban inquietas, se posaban en los pechos, los apretaba, bajaba al ombligo y lo acariciaba. De todo esto no podía salir nada bueno…
Mientras que la temperatura de la habitación seguía en aumento Dani aprovechó para deslizar su lengua por la espalda de Lore. Bajando lentamente, sin prisa, sabiendo que a cada centímetro que lamía ella cada vez era más suya. Que este juego de adultos solo podía acabar de una forma. Siguió bajando por su espalda hasta que su lengua tropezó caprichosa con las braguitas de Lore que lentamente fueron bajando poco a poco por las caderas de la chica mientras ella permanecía con los ojos cerrados y suspiraba de placer a cada paso que él daba.
Dani, gradualmente la fue girando. Desde su posición de rodillas observaba como poco a poco la muchacha iba dándose la vuelta sabiendo perfectamente lo que se encontraría una vez ella estuviera delante de él.
Dani beso su sexo. Lo lamió con la punta de la lengua notando como las rodillas de Lore se aflojaban y estaban a punto de perder el equilibrio. Entonces él se levantó, se miraron notando en los ojos del otro como el deseo ardía como un volcán a punto de explotar. Entonces sus lenguas se encontraron, el beso fue intenso, húmedo, profundo.
¿Donde habían quedado aquellos movimientos sensuales? ¿Donde estaba ahora la calma, el ritmo lento y sosegado de la balada que había estado escuchando lore?
Como en una pelea ella se aferró a él abrazándole y besándole a la vez que le quitaba la camiseta y le dejaba con el pecho al descubierto con el único e imparable deseo de sentir su pecho contra el suyo.
Dani bajó las manos hasta las nalgas de ella y las apretó con fuerza, levantó a lore, ella separó sus piernas para abrazar con ellas las caderas de Dani, todo ocurrió en un segundo, él la llevó como si ella no pesara nada hasta la cama donde la tumbó, le separó las piernas y hundió sus labios en el sexo de la chica que no paraba de gemir y de suspirar. Ella le aferraba fuerte del pelo como si quisiera hundir aun más la lengua de él dentro de ella. Mientras él lamía y masturbaba a la muchacha se iba quitando los pantalones y la ropa interior.
Después todo fue ritmo frenético, gemidos de placer y sudor.
Ella lo abrazaba con sus piernas y seguía el ritmo con su pelvis.
Él la besaba, acariciaba los pechos y le mordía el cuello como si ella fuera el único plato que podía comer antes de morir… esto duro lo que tardo ella en girar a Dani y ponerse encima, subiendo y bajando, notando como él se introducía dentro de ella.
Fueron tres, cuatro, hasta cinco los cambios que hicieron mientras sus lenguas se entrelazaban una y otra vez.
Él le enseñó nuevas posturas, ella le mostró sus deseos, y así duraron hasta que el clímax llego con tanta violencia que parecía que estaban sufriendo de placer.
Quedaron exhaustos tumbados en la cama.
A ella le lloraban los ojos, a él la respiración acelerada le hacía sentir como si el corazón quisiera reventar dentro de sí mismo. Así se quedaron dormidos durante mucho rato.
No se sabe el tiempo que tardamos en despertarnos. Solo recuerdo que cuando desperté, me encontré con tu mirada, con tus mejillas sonrosadas y una expresión picara se dibujaba en tu rostro. De repente los dos dijimos algo a la vez:
¿ECHAMOS OTRO?
Con todo mi cariño.
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