Tus manos, de repente, acariciaban mi espalda, dibujando suavemente la curva de mis hombros, recorrian mi brazo, llegaban a mi cintura y se deslizaban hacia mi vientre, te acercaste a mi y pude sentir tu pecho latiendo con fuerza en mi espalda, mientras tu boca comenzaba a adueñarse de mi piel. De mi abdomen, tu mano tibia comenzo, suavemente, a descender y antes de que llegaras a saber cuanto lo disfrutaba, me volvi hacia ti y tus labios sellaron los mios, nuestras lenguas se encontraron y esa conjuncion fue la prediccion de lo que seguiria, de repente te inclinaste sobre mi, tus caricias recorrian el camino de mi cintura a mis piernas, tu boca liberada de mis besos, en secreto, le confesaba tu deseo a mis pechos, pero todo mi cuerpo queria saberlo y lentamente bajabas a complacer su curiosidad, en mi vientre te tomaste un descanso, en mi ombligo dejaste el terciopelo de tus besos, cuando tus manos eran las que ahora saciaban la necesidad de caricias debajo de mi sosten. Crei que seguirias tu sendero de confesiones y llegarian tus labios a conocer finalmente cuanto lo deseaba yo, pero te detuviste, volviste, y de golpe tu boca volvio a adueñarse de mi boca, tu deseo dejo de ser solo eso y le regalo al mio la misma posibilidad, lentamente fuimos uno en el otro, asi pensamos, sudamos, deseamos aun mas, murmuramos nuestros nombres, siguiendo el movimiento que nos imponia la pasion y enloquecimos hasta enmudecer en un grito, juntos, tus latidos y los mios, tu mirada clavada en mis ojos, mis manos en tu espalda, tus labios en mi cuello, tus caricias en mi pelo, alrededor el silencio, en nosotros el placer de habernos amado..., enseguida el sonido de un timbre, volvi la vista y te observe sorprendida; tiempo, un domingo a la tarde; espacio, la casa de una amiga; tu, el novio de una amiga de mi amiga y mi compañero de trabajo; objetivo, mates con los amigos...
Me miraste extrañado,
- Que sucede? - fueron tu palabras,
-dije algo malo?- continuaste - ese lugar es demasiado selectivo, por que me miras asi?, ayer me decias que coincidias conmigo en cuanto a eso...
- Si, claro- respondi con sonrisa picara.
Tu te extrañaste aun mas; si supieras, que en mi imaginacion coincidimos en algo mas que una opinión...
|