Un juego prohibido que rompe los esquemas,
una pasión ocasional que grava un vacío en el alma,
un encuentro, nacido ante la urgencia presurosa del desconsuelo,
ahuyentando la realidad, velando la razón.
ajeno a las normas… furtivo de si mismo,
arrebatando todos los sentidos,
escondida la razón y la medida,
en un momento creado solo para ser vivido y olvidado,
De regreso, un camino solado de soledades,
triste pasos en una sola dirección,
perdidos…. apenas andados…
amargos, como el sabor del ultimo beso
hecho con los jirones que quedaron.
Amargo, como tu nombre,
tejido en mil lunas suicidas,
anudadas a mi cintura.
Después de las madrugadas prestadas,
un rosario de preguntas,
hechas de silencios y miradas
cómplices miradas, que nadan piden,
que nada reclaman.
|