Llevo tiempo en este juego infernal,
en donde el sueño hace malabares con el cansancio
Atravesando impasiblemente
Las bondades de una recordada noche serena
Los teléfonos gritan desde lo mas bajo,
Cuando cansado agito una botella de vida contenida,
Me entregué manso a las tardes somnolientas
Vencido por el calor posado en alguna de mis ventanas
/o mis puertas
Sueño como suenan, temerosas desde mi sillón, algunas calles arrepentidas,
las cuales, angustiadas por perder la calma, se afirman de su equilibrio
al momento mismo en que el esférico pierde su norte
y los vicios del juego amoroso, desprenden de sus manos,
cuanta joya atada a sí encuentran
A lo lejos los días caminan un poco mas rejuvenecidos
Se entrelazan algunas copas en un ruido sordo,
Con el brindis desde lo alto
Observo la caída de lo bajo
Desintegrándose a la velocidad de algún suspiro
perdido
El alcohol se devora a sí mismo, cuando en Chile muere algún general parecido a la fortaleza misma, insano como el mismo,
Mientras insufribles derraman el agua increíble en sus obcecadas mejillas
Yo me digno a decir,
Que la muerte siente rabia,
A llegado a su fosa,
algo aún más siniestro que la vida.
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