De mi pecho abierto como un cofre divino, se disparan libremente palabras que toman vuelo, se posan, caen, flamean, juegan y danzan con la música del viento.
Algunas pocas forman un grupo volátil, huyendo de mi mirada protectora intentan llegar mas allá. Les permito ser y hacer, rodar o cantar, danzar o reír, pero saben que lo que tienen prohibido, es herir, mentir, dañar o callar.
Que desde los colores de sus orígenes, mantengan siempre la función para lo que han sido creadas.
Si alguna palabra rebelde intenta ser ella misma o volverse fría, incoherente la perdono, no la aparto, porque también necesito de ella para expresar lo que de mi interior urge por salir. Las injusticias, la desigualdad, la malicia y la opresión, no podrían denominarse sin una de ellas.
Todas son mis hijas y de ellas me hago cargo, de mi han salido y algún día volverán. Espero que eternamente conserven el perfume y la devoción con que han sido creadas. Como flores en el aire se desprenden de mi ser, siemprevivas voladoras, inagotables viajeras.
Vuelen lejos, vivan, vean, enseñen, que aun después de mi muerte, ustedes seguirán viviendo...
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