En los bares, marea baja y en la calle los nubarrones plagados de nicotina relajaban a los conductores más viciosos,
mientras los más gastronómicos se escarbaban las narices u orejas.
Los puritanos trataban de justificar el hecho auto flagelándose con pensamientos de culpa “yo soy uno más”.
Los emprendedores trataban de aprender algo del hecho o de la emisora que escuchaban.
Al tiempo el camarero levantaba polvo junto a mi jarra de cerveza a la vez que barría y golpeaba las patas de las sillas, con el stress de un empresario con el local vacío.
Yo en paro, sólo me preocupo de no aburrirme, de seguir observándome y de sonreír a todo caos provocado por mi mismo.
Texto agregado el 19-12-2006, y leído por 217
visitantes. (10 votos)
Lectores Opinan
14-02-2007
"...sólo me preocupo de no aburrirme, de seguir observándome y de sonreír a todo caos provocado por mi mismo..." eso me encantó! pienso citar esa frase en el futuro, me la llevo prestada.
galabriela