Linda niña que nació riendo. Que creció con el brillo en sus ojos. Y en sus labios. Pronto descubrió "el mundo", éste le gustó tanto como para no querer irse nunca.
La curiosidad le fue haciendo adolescente y rodeando de amigos para compartir todo aquello. Jugó, excrutinó, manipuló, exprimió, y llegó a la juventud convertida en una amante de la vida. Iba con un red bien asida persiguinedo sus ilusiones hasta conseguirlas, degustando cada instante...
Pero no era suficiente para ella. Quería buscar más, experimentar más allá de lo conocido. VIVIR, con mayúsculas, en definitva. Y lo consiguió. Pero olvidó un detalle: la muerte.
MURIÓ, también con mayúsculas, a los 27 años, porque eligió la droga.
Destrozó primero a aquella niña sonriente, poco después perdió a sus amigos, algo más tarde, el amor a la vida y por lo tanto, a sí misma y, finalmente: "la mataron sus "ganas" de vivir" |