Vos no me dueles, me duelo yo sin ti, sin esos ojos que ya no miro, sin esa boca que un día mordí. Donde me falta el valor de aceptar tu falta de ganas de mí, y me quedo con nada, sin esos brazos que sujeté para que no te escaparas, y una vida no basta para sujetar que que debe ser libre, y para intentar entender todo lo que pasa cuando me duelen las ganas que sigo aún teniendo de vos.
No me dueles, me duele el alma que necesito para ahogarme, el cuerpo que requiero me pertenezca, una llave que cierre este dolor encerrado en mis adentros tan tuyos como nunca antes, de esos días que no puedo verte ni robarte nunca más. Mírame cómo me paso de largo como la gente que nunca te ha amado, sin saludar, sin acercarme a susurrar algo en tu oido, y vos sabes soy diferente, porque te he pertenecido, pero no me dueles vos.
Me duelo yo, precisamente ahora que no tengo tus manos para acariciarme, cuando me arrepiento de haber querido extrañarte, y no puedo sino imaginar tus pies descalzos, y lo que significaba tenerte entre mis brazos. Me duelo yo que no soy el que antes era, hoy adolorido y moribundo, no como cuando vos en lugar de dolerme, me alimentabas, y hoy doy pena de solo verme. |