A veces pienso, cuando pienso,
Buena cosa es pensar y pensar
Como si fuésemos sólo cabeza,
Ditirámbico apéndice de alto vuelo,
Engendro antojadizo y arrogante,
Febril instigador de tanta locura,
Giran y giran las ideas, se conectan,
Hacen y deshacen, luego se pulverizan,
Incandescentes proyectos calcinados,
Juramentos y anatemas, recuerdos,
Kilos y kilos de materia volátil,
Luciérnagas de fuego fatuo
Llameando sobre nuestras cabezas,
Moralejas encendidas, carbones diamantinos,
Norma de la especulación diversa,
Ñandú ígneo despedazándose quedo,
Oblicua representación de la lluvia negra,
Purificándose en las azoteas,
Quiera el hacedor que su destino,
Rubrique algún pensamiento furtivo,
Siempre es esperable que esas ideas
Trepen al cenit de lo manifiesto y
Ululen como espectros insustanciales,
Venciendo al espacio para aterrizar en el
Walhala crujiente del papel y allí clavarse
Xilofónicas y táctiles, melodiosas, rotundas,
Y con el alma apresada para siempre en el
Zócalo del edificio sublime y trascendente…
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